Aquella noche era tu primera noche, en las calles caía una
fría llovizna. En pleno invierno solo palabras me cubrían de la más tristes de todas
las madrugadas. Antes de llegar habías pensado tanto en lo que ibas a decir y
en cómo ibas a hacerlo, que al verlo solo pudiste callar.
Te abrió la puerta y te invitó a subir. Probaste tantas
veces esa sonrisa que ya la sentías antinatural. Dijiste tanto lo que
tenías que decirle que preferiste callar.
El tiempo no te ayudó, no lo necesitabas. Nada de lo que
sucedía dentro de aquellas cuatro paredes era lo que verdaderamente te
importaba. Solo querías decir lo que habías ido a decir y lo que tanto tiempo
tardaste en descubrir. Esto se trata de amor.
Lo pensaste en cada paso que diste, le contaste sobre cada
cosa que viste, le rogaste que fuera dulce, quizás así te animarías. Lo
convenciste de que eras capaz, pero no pudiste decírselo antes, no querías
verte hablando otra vez de amor.
Como de milagro, Niestzche se te apareció y te dijo que hay
dos afirmaciones sobre el amor. En primer lugar, cuando el enamorado encuentra
al otro, allí hay una afirmación inmediata, en su cabeza todo es
deslumbramiento, entusiasmo, exaltación, proyección loca de un futuro pleno: “Soy
devorado por el deseo, por el impulso de ser feliz. Y digo sí a todo, cegándome”.
Sigue un largo túnel: mi primer sí está carcomido de dudas, de miedos, el valor
amoroso es incesantemente amenazado de depreciación. Llega el momento de la
pasión triste, la ascensión del resentimiento y de la oblación. De ese túnel,
sin embargo, puedo salir; puedo superar, sin liquidar; lo que afirmé una
primera vez puedo afirmarlo de nuevo sin
repetirlo, puesto que entonces lo que yo afirmo es la afirmación, no su
contingencia: AFIRMO EL PRIMER ENCUENTRO EN SU DIFERENCIA, QUIERO TU REGRESO,
NO TU REPETICIÓN.
Te digo: "Recomencemos".
"Te volviste intratable, ¡recomencemos!"
Pero no sin antes
advertir que dentro mío yace un miedo, varios miedos, ojalá no deba admitir que
“Debí decírtelo antes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario